Amelia estaba a punto de casarse con el heredero de una de las fortunas más grandes de Nantucket, cuando una tragedia inesperada arruinó sus planes. En medio de los preparativos y con la fecha del matrimonio a la vista, el heredero fue encontrado muerto en circunstancias misteriosas. La noticia corrió como pólvora, y la elegante mansión familiar se convirtió en un escenario de caos y confusión.
La policía local se hizo cargo de la investigación y pronto todos los presentes se encontraron bajo sospecha. Amelia, aunque devastada por la pérdida y el giro repentino de los eventos, se vio atrapada en una red de acusaciones y presiones. La familia del difunto, que antes la recibía con los brazos abiertos, ahora parecía verla con desconfianza.
Cada miembro de la familia tenía un motivo potencial: desde la ambición por el control de la fortuna hasta antiguos resentimientos. Los secretos oscuros y las rivalidades enterradas comenzaron a salir a la luz. Amelia se vio obligada a investigar por su cuenta, buscando pistas que pudieran demostrar su inocencia y esclarecer el verdadero motivo detrás del asesinato.