En los años 80 en la Ciudad de México, las contraculturas LGBT emergen en la escena festiva, desafiando un régimen en decadencia. La llegada del SIDA amenaza esta liberación, creando una sombra sobre la comunidad queer. Activistas luchan por derechos y visibilidad mientras jóvenes encuentran refugio en bares y discotecas. En este contexto, se entrelazan historias de amor, amistad y resistencia. La ciudad se convierte en un lienzo donde convergen esperanza y desafío. La comunidad se une en solidaridad contra la adversidad, reivindicando su derecho a la felicidad y la igualdad. A través de la música y el arte, desafían las limitaciones sociales y encuentran fuerza en su identidad y en el amor.