Jordan es una operadora telefónica de la policía que trabaja en la sala de emergencias, donde maneja llamadas críticas y de alta presión. Durante una de estas llamadas, se enfrenta a una tragedia devastadora que deja una marca profunda en ella y la deja traumatizada. La experiencia la afecta emocionalmente, causando un temor persistente que la persigue en su vida cotidiana.
Tiempo después, Jordan se ve nuevamente en una situación crítica cuando recibe una llamada de Casey, una joven que ha sido secuestrada por un asesino en serie. La desesperación y el terror en la voz de Casey recuerdan a Jordan el angustioso recuerdo de la llamada anterior que la había dejado marcada. Esta conexión emocional hace que la tarea de asistir a Casey sea aún más personal y dolorosa para ella.